
O al menos no deberíamos estarlo.
Sin embargo, hay quienes no piensan igual.
Lo más importante es, no obstante, que hay quienes lo denuncian.
Una de estas personas es Elena. Otra es Emma Thompson.
A Emma Thompson supongo que la conoceréis... Os preguntaréis quién es Elena. Pues bien, Elena es una víctima de la trata de blancas, de origen moldavo por cuya historia Emma Thompson se interesó hasta el punto de montar una exposición sobre su cautiverio.
Como a tantas otras chicas crédulas, sin posibilidades económicas, sin apenas educación, provenientes de pueblos pequeños a las que alguien se acerca prometiendo sacarlas de la pobreza si las acompaña.
Elena cayó en la trampa. Acompañó a una mujer desde su pueblo natal en Moldavia hasta Londres, donde el sueño se acabó cuando le dijeron que les debía 20.000 libras y que debía pagarlas prostituyéndose.
Todo esto se cuenta en "Journey", una exposición que estuvo hasta ayer en el Retiro, y que Helen y yo fuimos a ver a pesar del frío que hacía ayer por la tarde.
La exposición está planteada de forma que parezca que te vas moviendo por un tren, con siete vagones temáticos diseñados por diferentes artistas, comenzando por su infancia en Moldavia hasta que sale de la red de prostitución.
La verdad es que la exposición impresiona, sobretodo el vagón de "El dormitorio", donde se representa el ambiente donde Elena tenía que trabajar junto con 6 chicas más y donde pasaban en ocasiones más de 40 hombres por día. Un ambiente opresivo, insalubre... Y que no deja indiferente a quien lo visita, porque han reproducido hasta la suciedad y el hedor que Elena recuerda que había en la habitación. Y yo me pregunto... ¿Tan poco le importa a la gente como para pagar por un rato de sexo en un antro así? Es decir, ya aunque seas un insensible y no te importe si las chicas están ahí voluntariamente o no o si las chicas cogen una infección, sino ya por tu propia salud... ¿Tan difícil es notar que hay algo que no va bien?
Hay otro vagón que a mí me llamó mucho la atención, "El cliente", donde un fotógrafo visitó cinco burdeles de ciudades donde había vivido, pagó por una sesión de media hora en cada uno de ellos y a las diferentes chicas les dijo que en esa media hora le fotografiaran como quisieran. Hay una que le hace hasta ponerse la ropa que le ¿obligan? a ponerse a ella.
Eso sí, deberían haber previsto que no todo el mundo mide 1,70 metros en el vagón de "El uniforme"... Con mi 1,50 me costaba asomarme a la mayoría de las especie de ventanas que había en la pared para que te vieras reflejado en el cuerpo de una prostituta, con los diferentes vestidos (por llamarlo algo) que las hacían ponerse.
Por lo demás, la iniciativa me gustó, aunque me parece que ha estado poco tiempo (desde el día 11 hasta ayer). Tampoco sé cuántas personas habrán podido verla.
Aquí os dejo una entrevista a Emma Thompson: Entrevista a Emma Thompson sobre "Journey".
Aquí otra a Elena (hay un enlace con fotos de la exposición): Entrevista a Elena sobre "Journey".
Y aquí la página web de la fundación Helen Bamber contra el tráfico de personas: Helen Bamber Foundation.