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jueves, 16 de agosto de 2018

"Eso no es lo tuyo".

No es que me hayan dicho esa frase muchas veces. Pero sí es una frase que yo he tendido a pensar en más de una ocasión.

"Cantar no es lo mío", "las manualidades no son lo mío", "trabajar con gente no es lo mío"...

Y sí, si cotilleáis este blog antes de que lo abandonara, hay fotos de cositas que hice, cuando me enganché con ganas al ganchillo (juego de palabras no intencionado...XD). Pero eso no tiene mérito, porque las "manualidades" de hilo y aguja sí que se me han dado bien desde que mi madre me enseñó cuando yo tenía 8 años o así... Sin embargo, las otras... Las que necesitaran de "mimo", de "delicadeza"... O simplemente, que requirieran pegamento, cola y tijeras... Eso... Eso no. Para eso siempre he sido una manazas.

Tanto así que, cuando daba Tecnología en el instituto, aunque prohibieron sacar los proyectos del recinto escolar, yo me los llevaba a escondidas para que mi padre me ayudara con ellos.

"Ayudar": Hacérmelos él, porque yo tenía dos manos izquierdas.

¿Tenía dos manos izquierdas?

No. No tenía la práctica, ni la paciencia, que es diferente. Hay gente que tiene una cierta facilidad para hacer lo que sea, en distintos campos... Hay gente que, sin necesidad de practicar, puede cantar Death Metal sin hacerse daño en la garganta, o, bueno, sin irnos a esos extremos, que entona sin desafinar en lo absoluto. Hay gente que, sin necesidad de tirar de la prueba y error, es capaz de hacer piruetas sobre unos patines. O bueno, con menos error que otras personas, dejémoslo ahí XD

Yo en esa época, aunque me gustaban las manualidades y envidiaba, no sabéis cuánto, a quienes eran capaces de dar forma con sus manos a algo hecho con porcelana, por ejemplo, no tenía la capacidad de concentración como para cortar una madera por la línea dibujada. Y no sólo eso, yo quería que me saliera bien sin más, sin practicar, sin tratar de pasar por esa "prueba y error". Y me frustraba. Y eso hacía que, por mucho que lo intentara, nunca le prestara toda la atención debida, porque, total, si ya sabía que me iba a salir mal...

Bien. No recuerdo si comenté por aquí que hace unos años empecé a recibir clases de manualidades, empezamos con el fieltro, que bueno, es hilo y aguja, ya dije que eso se me daba bien... Pero luego aprendí también a hacer flores de porcelana fría y de miga de pan, a reciclar cápsulas de Nespresso (de eso sí sé que hay alguna foto en este blog) y a manejar otros materiales de los que yo englobaba en la categoría "esto no es lo mío".

¿Y sabéis? Fue lo mío (¡ya os enseñaré por aquí fotitos de estas cosas!).

Igual que ahora es lo mío reciclar cajas de cartón para hacer organizadores para el armario. Y también es lo mío trabajar de cara al público. Y es lo mío cantar delante de algún centenar de personas (sólo en una ocasión, por ahora, pero habrá más).

Porque lo único que no es "lo nuestro" es aquello que no intentamos. ¡Besos!

Ejem...

Esto solía ser mi blog...

Y, después de tres años sin pasar por él, creo que es hora de volver a ello.

Porque sí. Porque me apetece. Porque bastante de mi mundo ha cambiado en los últimos tiempos y mi guarida ya no es tanto mi guarida, quizás. Porque en el último medio año me la han tirado abajo y han quemado las ruinas.

Toca volver a salir de ella a través de esta puerta.

También porque soy introvertida. Demasiado. Y estoy en una de esas etapas en que me cuesta incluso hablar con mi gente por Whatsapp. Así que tengo que forzarme a salir de mí misma, ¿y qué mejor que en mi ventana a otro mundo?

Como siempre, contaré un poco mi vida, hablaré de música, libros, recetas... Eso sí, quizás incorpore maquillaje también... Y, en fin, lo que se me pase por la cabeza. Como hacía hasta hace tres años.

Y, ¿quién sabe? Quizás acabe el reto de las canciones... XD

Bienvenidos de nuevo y tomad asiento. En nada traigo el té y las pastas. ¡Besos!