utopía o utopia.
(Del gr. οὐ, no, y τόπος, lugar: lugar que no existe).
1. f. Plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación.
(Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua).
Sí, lo sé, sabéis de sobra lo que es una utopía, al igual que sabréis lo que es ser utópico, ¿no? XD Aún así, es que no se me ocurría otra forma de comenzar esta entrada... XD
El caso es que sí, la que escribe lo es y mucho... Demasiado, quizás... (Por si no se notó lo suficiente en la entrada anterior XD). Me gusta pensar que otra forma de vivir, otro mundo, otra realidad es posible.
Me gusta pensar que todo se puede solucionar sin violencia, que siempre hay un camino alternativo, que aún podemos curar a este planeta enfermo. No enfermo sólo por la polución, la contaminación de las aguas y la exterminación de las especies, sino también de odio de unas personas hacia otras, de unos pueblos hacia otros.
Me gusta pensar (ingénua de mí), que se puede frenar a la superpotencia que va invadiendo ideológicamente (y no tan ideológicamente... Que se lo digan a Irak) al resto del planeta, dirigida actualmente por un impresentable del que ya se han dicho todas las cosas reprochables que es posible decir de una persona... Y aún no he escuchado decir una sola buena... Y si la escucho, será una mentira.
Me gusta creer que algún día también dejaremos de toparnos con la Iglesia (y eso que soy cristiana, sí XD), y que ésta se limitará a sus labores con respecto a la fe y dejará de tener tanto privilegio político, donde no debería tener más voto que el resto de los habitantes, cada cuatro años en las urnas. También me gusta creer que volveremos a tener un Juan XIII como Papa y que volveremos al Concilio Vaticano II o, aún más, que llegará otro concilio aún más abierto.
Me gusta pensar que es posible crear un mundo en el que no te traten de distinta manera por ser diferente, por haber nacido en un país diferente, por tener unas creencias diferentes, por tener un tono de piel diferente, por tener otras aficiones, por no ser, en definitiva, un borrego del rebaño... Donde el respeto estuviera por encima de cualquier otro aspecto.
Y aún así, en contra de lo que algún que otro amigo mío piensa, no dejo de ser realista... No pierdo de vista que todo esto es una utopía, a dónde me gustaría a mí que llegáramos... Pero no estoy tan ciega como para no ver lo que ocurre a mi alrededor... Y saber que todo lo anterior quedará en un ideal imposible...
Porque quizás pudiera llevarse a la práctica, pero sería un trabajo de todos... Y los hay que están demasiado cómodos viendo el mundo desde lo alto de su torre de marfil...
Pero eso no quiere decir que no trate de avanzar en esa línea, porque ya se sabe que las utopías sirven para eso, para dar pequeños pasos... Y, además, si no soy parte de la solución, soy parte del problema.
Así que tomaré prestada la proclama del Mayo parisino del 68 (porque cierto escrito de Helen aún no está registrado... XD):
Soyons réalistes, demandons l'impossible!
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